La lujuria de autoemplearse

Por TipOpunK

Cuando por la tarde Ellis me dijo que no podría acompañarme más tarde porque tendría que cubrir dos eventos de tecnología (a ella sí le pagan por escribir jojojo) descarté la idea de asistir a la inauguración de la exposición the luxury of self employment o algo así como la lujuria del autoempleo. Todavía le dije a unos amigos y nada; todos tenían mucha nada que hacer. En fin.

Mientras bajaba desde el piso 15 iba reflexionando que, gracias a unos compatriotas, no tengo con que escuchar música y que, gracias a mi prudencia, tampoco traía “rock”. Osease que las opciones para mitigar la espera se acortaban. Camino a Constituyentes iba con la idea de llegar temprano a casa pero a medio puente dije ps voy y armo una entrada para el blog.

Era temprano para el evento así que me la aventé en primera y segunda pa no llegar tan rápido. El metro, por primera vez para bien de mi propósito, iba harto lento. Ya en Insurgentes dude al bajar del convoy, ¡que hueva! Pensé, pero en seguida repliqué: Nel vas a llegar a ver tele no mames –y por conclusión- ¡a la chingada prefiero ver coños! Es que de eso iba la expo, no vayan a pensar jejeje…

Salí de la estación y una chica muy linda parecía estarme esperando, pues aunque no me encaminé hacia donde ella estaba parada, me sonrió y preguntó la hora.

-Lo siento, no traigo reloj.
-¿Celular?
-No tampoco.
-¿Cómo crees que no usas celular?
-Nop, que raro verdad.

Después de unos nimodos aproveché para preguntar si sabía dónde quedaba la calle Zacatecas y agregué, para impresionar, que me dirigía a una exposición de arte. Total que ella también iba para allá y estaba cansada de esperar, así que resolvimos acompañarnos y tomamos cualquier salida de la glorieta de Insurgentes, de cualquier manera habría que preguntar por dónde era.

Una cuadra más adelante noté que mecánicamente había optado por la calle de Jalapa, camino que seguía meses antes cuando asistí a un curso de poesía con Mario Meléndez, y como todo esto de la chica no sucedió en realidad, decidí comprar unos Delicados de 24; pues aunque no quería gastar siempre es bueno fumar cuando uno espera, es eso o inventarse conquistas.

En solitario atravesé Mariano Escobedo y doble en Orizaba. No quería preguntarle a los tiras qué rumbo tomar porque me cae mal esa gente, pero igual fue nefasto preguntar a un vendedor que se las curo conmigo. Pero ya estaba cerca del lugar y como aún quedaba rato para que empezará la cosa me di un rol de reconocimiento. Me topé con el deposito La Belga, Cervezas del mundo y se me ocurrió timarme una cheve pero como hacía frío, y ya había gastado en los cigarros, mejor me abstuve; de todas maneras habría chupe en la exposición.

Ya en el evento me fui topando a puro vegete finolis con boinita, barba de mamonsón, uno que otro con piercings que delataban un pasado menos snob, pero tooooodos acompañados por una ñora güerisabrosacincuentera; por otro lado había los fresquis que requiere un evento como estos y las clásicas güeras-fotógrafas-artistas-hijasdepapi. Hasta eso pase desapercibido porque como iba del trabajo, pues vestía como todo buen Godínez.

Una chela para disimular la espera (hasta eso yo esperaba un vinito), otro cigarro, pláticas de disimulo con los de mi edad, otra chela y un vasito de mezcal (para el frío), un cigarro más y por fin recorro el número 93 de la calle hidrocálida.

En la parte inferior del inmueble oficinas con pura iMac, obvio, y varios libros que me llamaron la atención. Arriba las salas de exhibición que albergaban la obra de tres sujetos. De entrada las fotos a gran escala de Guillaume Corpart Muller, que descompone un par de ciudades, entre ellas el defectuoso, a través de imágenes sobresaturadas en los tonos negros y que dan una impresión de ser de día cuando en realidad es de noche. Muy chidas la neta aunque haya quien diga que es puro acá. Jejeje.


Después de ver esta parte regresé por otra cheve, creo que no les había dicho que eran Bohemia, y otro sorbete de mezcal que aclaraba chido la garganta y permitía distinguir de mejor manera la amargosidad de la cebada y sí como que apendejaba cuando menos cuenta te dabas.

La habitación completamente blanca tiene en su costado derecho un par de cortinas que abren paso a la muestra que me motivó a acudir al lugar. El artista Carlos Ranc ha dedicado la mayor parte de su trabajo a la fotografía digital pero en este singular proyecto complementa las imágenes digitales con varios soportes e instalaciones que dan como resultado un espacio que, aunque breve, logra descontextualizar la pornografía de Internet, principalmente, para darle un distinto uso y apropiación a la que originalmente ostentaba. Dice un panfletín que convierte al espectador en un Voyeur (ni falta que hiciera jojo).


Aquí hice otra pausa para ir por más cerveza, mezcal, un par de cigarros y disque socializar con los que no se veían tan apretados. Casi toda la concurrencia iba en pareja o en grupito, por lo que me llegué a sentir medio bicho raro, pero cuando se me ocurría tal cosa le daba otro llegue al mezcal y a la chela y aaaahh que rico!!!

Y por último –hasta me da pena- un sujeto cuyo nombre no recuerdo, pero que era cubano jeje, monto un par de piezas conceptuales a base de puertas y cerraduras que hacían referencia al enclaustramiento y la “libertad” del individuo común.

Cuando me enteré que ya sólo había mezcal dije nel mejor le llego, sino imagínate yo solo, medio pedo y tan lejos… Ya de camino al metro el aire me agarró en curva y el sabor del alcohol me nadaba graciosamente en la boca, no caminaba del todo derecho pero tuve el suficiente raciocinio para concluir lo siguiente:

• Con tu pareja el arte es como que pleno o al menos complementario.
• Con una pareja potencial es un buen lubricante comunicacional.
• Con un acompañante o amigo es buen motivo para chupar y debatir.
• Con la familia se torna aburrido.
• Y entre riquillos es el perfecto modus vivendi… el pedo es ser riquillo.

Váyanse a dar una vuelta no sean güevones, The luxury of self employment es la exhibición que recomiendo afanosamente, la galería esta en la Roma y ahí en el flyer están los datos. Por lo pronto sólo queda decir nos leemos luego.